lunes, 25 de enero de 2010

El visitante

Sus cabellos cabalgaban sobre el suave viento del norte que erizaba su piel de ébano. Como una luz en el eterno silencio de la noche, su silueta se recortaba veloz y misteriosa a los ojos de los parroquianos del lugar.
Con sorpresa digna de la más enorme de las incógnitas, todos lo miraron con un dejo de curiosidad y temor.
Curiosidad por la intriga de su procedencia, temor por la cruda mirada que se desprendía de sus ojos azabaches, profundamente aterradores, delicadamente observadores.
Un eterno silencio se dibujó en el ambiente.
Nadie se atrevía a pronunciar palabras, emitir sonidos o ejercitar algún ademán que a las luces del otro pudiera resultar agresivo.
Con enorme cuidado, el misterioso visitante traspuso el dintel de la entrada, dejando tras de si una estela apenas perceptible.
Sentía sobre sus espaldas el peso de un largo viaje y el punzante aguijoneo de las miradas que lo rodeaban. Un murmullo apenas audible fue el prólogo de lo que acontecería esa noche de verano en ese desolado paraje.
El visitante se aproximó a la tarima que oficiaba de mostrador, debajo de sus ropas acariciaba algun elemento que a la vista se podria decir que se trataba de algun arma.
Los parroquianos se mostraron inquietos ante la actitud de la misteriosa compañía. Y como una sinfonía perfecta, todos miraron sus pies descalzos al mismo tiempo.
Se los podia ver presos de grandes heridas pero a él parecía no importarle la situación peculiar de sus extremidades inferiores.
Cuando la distancia se hizo mínima, la extraña visita dejó ver sus manos. Pidió un vaso de agua.
El rostro anodino de los lugareños fue preso del asombro, la angustia y el miedo por unos instantes. Las manos del extraño se podían ver también víctimas de por lo menos grandes vejaciones recientes, sin embargo, no había rastros de sangre .
El estupor iba creciendo, la mirada de cada uno de los presentes rogaba encontrarse con otra que le diera respuesta a lo que veían sus ojos.
La capa que cubría su rostro permanecía en su lugar, hasta que sus manos se alzaron en un movimiento rápido y la dejaron caer.
Unos segundos de silencio antecedieron a las miradas dulcemente asombradas y temerosas que atravesaron el salón y un clima de plenitud se apoderó de todo lo existente en ese mojón de la inmensidad del campo.
Nadie supo que decir pero todos supieron que hacer y uno a uno, como poseídos por un extraño elixir, fueron adormeciéndose con una mueca de paz interior.
...
...
...
Hoy nadie quiere hablar de lo que pasó pero todos saben que algo de cada uno se llevó consigo el visitante. La eterna promesa de jamás revelar lo que vieron.

viernes, 22 de enero de 2010

Sonrisas

...
R. estaba como siempre, absorto mirando ese epsiodio de su serie, que tanto disfrutaba. Era esa hora en donde no existía nada más que él y los personajes dentro de la caja que se situaba delante suyo.
F., su padre, observaba, mientras movía en forma pendular su cabeza, tratando de que una idea revolucionaria iluminara su complicada vida.
- Es por él que lo tengo que hacer - se decía. Intentaba una y otra vez, con esos ejercicios de relajación que alguna vez, en alguna clase de yoga le habían intentado enseñar.
- Es imposible relajarse hoy - pensaba.
Con angustia enfermiza, logró levantarse de esa silla que lo tenía acorralado hace más de tres horas.
Miró al pequeño R. que le devolvió una amplia y generosa sonrisa y él sintió un temblor como hacía mucho no sentía.
Y clavó sus ojos en esa hoja de papel que se le brindaba única y flamantemente blanca. Que lo invitaba a escribir aquello que había estado esperando hace tanto tiempo.
Y así F. se sentó nuevamente, acomodó sus gafas viejas, respiró hondo y cerró los ojos como poseído por una musa inspiradora sútil y frágil.
En ese estado de éxtasis, la hoja comenzó a ser la depositaria de algo que nunca antes había sido visto.
Comenzó con unas extrañas anotaciones laterales, con símbolos que denotaban un nivel excelso de precisión matemática.
F. seguía extasiado, con el pequeño R. como su más fiel seguidor aunque sin todavía comprender el devenir de letras, símbolos y números que se desprendían de la pluma de su padre.
Esa imagen se prolongaba casi estática en el tiempo, R. miraba y F. escribía, corregía y seguía sonriendo cada vez con mayor asombro al ver su obra.
Luego de unas horas de este ritual casí primitivo, F. puso un punto final y cayó desplomado sobre la mesa, evadiéndose por completo en forma instantánea de la escena ante la atónita mirada de R., que preso de la mas inocente de las carcajadas, no pudo sino acariciar los cabellos de su padre. F. yacía exhausto delante suyo.
- Papá ? Papá? Estás bien ? inquirió R., deseando no obtener un silencio como respuesta.
Unos segundos eternos después, F. se incorporó, miró la cara redonda de su hijo, sonrió y lo tranquilizó.
- R., tu papá está hoy mejor que nunca. Ven vamos a celebrar.
Recogieron sus abrigos en la entrada de la casa y salieron. F. le explicaría o al menos lo intentaría.
El manuscrito de F. permanecerá allí hasta su regreso y como si lo escrito cobrara vida, en el ambiente flotaba la sensación de algo único, conmovedoramente complejo pero extraordinariamente simple.
Al cabo de un par de horas, regresaron.
R. se despidió de su papá y subió a su cuarto a descansar. Había sido una noche particularmente agotadora para sus jóvenes 8 años.
- Papá , te quiero mucho sabes? Se escuchó decir a R. al dar un beso en la mejilla de F. Un nudo, tuvo la mala idea de alojarse en su garganta y tuvo que lidiar con él mientras se despedía de su querido hijo. Hasta mañana R., "Yo también te quiero mucho".
F. volvió a la mesa, escenario de su renacimiento como matemático y revisó una y otra vez su escrito casi con ganas de encontrar un error que lo despertara de áquel sueño intenso.
Una helada sensación le recorrió la espalda cuando luego de varias horas de idas y venidas en su revisión, concluyó que aquello en sus manos era encantadoramente perfecto, era la perfecta sinfonía del lenguaje de las matemáticas.
Qué más podía pedir si una sonrisa de vida de su hijo había prolongado la suya de manera casi mágica.
Y F. se durmió acariciando a su criatura recién concebida, sabedor de que al igual que R. ella sería única....
...
Hoy F. es estudiado en las grandes bibliotecas de la ciencia pero pocos saben que alguna vez F. y R. lloraron y rieron juntos aquella noche de invierno en donde la sonrisa de R. fue el prólogo de la mejor obra de su padre.

miércoles, 20 de enero de 2010

Kike

- Ya estoy... Al fin te encontré...
- Sólo esperaré unos momentos y podré quedarme a solas contigo.
- Si que será un placer para los dos.. Ya lo verás ...
...
- (Shhhhh.... no te preocupes ... me quedo aquí... sentado a tu lado ...)
...
...
La gente deambula y me mira ... y a ti también te miran. Debo mantener la calma y para nada mostrame celoso de ellos.
- Al fin y al cabo, la famosa eres tú y si debemos convivir de ahora en más, tendré que aprender a soportar a tus seguidores .
- No te preocupes, estuve meditando mucho sobre eso y alguna solución le encontraremos, o que te creías, que iba a venir desde Alicante en vano ?
- No, no, no mi señorita. Esto ya lo tengo su - pe -ra do .

...
...
En la sala seguía transitando gente, admirando todo de ella, escuchando todo lo que se decía de ella pero todos ellos no podían dejar de mirarme, sentado hace horas en ese banco a tu lado, hablando, gesticulando y esperando tu respuesta.
...
...
- Yo no soy como ese loco de "A la sombra de un Leon" de Joaquin S., ese si estaba loco, yo no, yo te busco hace mucho y tu sabías que vendría a llevarte conmigo.
- Para lo que no estaba muy preparado es para pelear con esos japoneses que tratan de sacar fotos a escondidas. Me molesta el flash y saben que pueden hacerte daño !!!!
- Seguridad !!!, Seguridad !!!!
...
...
(Revuelo en la sala Velázquez del Museo del Prado de Madrid - junto a la pintura "Las Meninas")
...
...
(Turistas Orientales corren despavoridos protegiendo sus cámaras digitales de todas formas y tamaños )
...
- Yo me quedo acá con ella. De acá, no me muevo.
- "Este chaval está totalmente desquiciado" se repiten los guardias
- Desquiciado yo? Joder, ... que te has creído ? Si es que sólo cuido a mi enamorada , o no te dais cuenta ? ...
- Ven, acompañanos - me pidieron amablemente los guardias
- Pero ... y ella? mientras señalaba a la pintura forcejeando apenas para no perder la compostura frente a ella. "Ante todo buena presencia decía mi abuela Emilia" me repetía para mis adentros
- Ella te seguirá esperando Kike, siempre seguirá esperando .
- Bueno, bueno, vamos, pero que sea breve vale? Tengo muchas cosas que arreglar con ella. - repetía con los pies en el aire mientras la puerta de salida me iba devorando y un sueño enorme empezaba a habitarme.
...
...
Cuando desperté, la sala Velazquez habia sido transformada en un lugar que me era familiar, casi como mi habitación del hospital o era la misma habitación?
En mi cabeza sólo podía escuchar esto una y otra vez:

Llegó
con su espada de madera
y zapatos de payaso
a comerse la ciudad.
Compró
suerte en Doña Manolita
y al pasar por la Cibeles
quiso sacarla a bailar
un vals
como dos enamorados
y dormirse acurrucados
a la sombra de un león.
"¿Qué tal?
estoy sola y sin marido
gracias por haber venido
a abrigarme el corazón."
Ayer
a la hora de la cena
descubrieron que faltaba
el interno dieciséis.
...
(Gracias Joaquin S. por escribirla y Ana B. por cantarla )

martes, 19 de enero de 2010

Julio (... y Don Armando)

(Nota del Autor: Si no leiste "Gira la vida", se sugiere hacerlo antes de leer lo siguiente)


- Hola ? Julio?..
-Si.. Damián del cuarto !!! Todo bien? Te pido 4 cortados al medio, en vasito. Si?
-Si ... en media hora está bien. Ok.. Te esperamos ..
- Muchachis !!! El pedido en 1/2 hora mas o menos
....
....

(Julio)
- Il vero caffetino? Si?
- Hola Damián !!!
- 4 cortados al medio en vasito? Ok. pero mirá que tengo media hora de demora. Si?
- Ok... en media hora te los llevo.

Y Julio cortó. Se quedó mirando el teléfono por un instante.
No había nada de particular, era la situación que casi con religiosidad se daba todos los días.
Mientras preparaba el pedido, no podía dejar de imaginarse a sus hijos jugando en el patio trasero de su casa en las afueras.
Cómo podía pasar tantas horas sin ellos? Si que la vida le pedia sacrificios difíciles de soportar. Donde quedaba aquello de la belleza de la vida si el precio era tan alto, parecía decirse en forma acusadora.. y claro, para eso, no tenía respuestas.
Fue así que pasó un rato pensando mientras miraba el resto de las mesas de "Il vero caffetino".
Terminó el armado artesanal del pedido de Damián ... "debo reconocer que le tango cariño a esa gente .." se dijo sonriendo, recordando cada broma que le gastaban con cada pedido cumplido al tiempo que acomodaba cada detalle en la bandeja.
...
Hacia allá partió Julio con la sonrisa grande y presuroso de que su "pedido especial" no se demore más de la cuenta .
...
...
- Por fin Julio !!!!! dijo Damián sin poder contener una mueca alegre y pícara.
- Ya le íbamos a reclamar al Tano y te mandábamos al frente !!!!.
- "Uno acá, uno allá y 2 al fondo" indicaba Damián dejando entrever su dotes de "maitre" no diplomado.
- Es todo Julio, cobráte y gracias !!!...
Iba saliendo Julio cuando decidió volver sobre sus pasos, se detuvo en la puerta de la oficina de Damián :

- Gracias por todo como siempre !!!
...
...
Fue la última vez que Julio trajo un pedido.
...
...
...
- Fer, hijo ,,, Tené cuidado con eso - dice Julio mirando de reojo a su hijo más chico.
- Julio .. me das dos fichas más para la calesita ? ...
- Si. como no? Eli está mejor ? indaga Julio con la naturalidad de quien conoce a todos
- Si gracias ...
...
- Nene, la sortija dásela a la rubiecita en el avioncito. Le toca a ella ...
- Ahhh, gracias Don Armando por el dato. Ud. si que sabe !!!!
-Vio que linda quedó la calesita ? Y ya va a ver cuando tenga el cartel "La calesita de Armi " va a decir ..ya va a ver .. contaba Julio con una sonrisa como cuando llevaba café a Damián en su otro trabajo .
- Gracias nene .... ("ahora estoy completamente feliz" se dice sigilosamente Don Armando ).
..
Julio sigue preparando en forma religiosa el café de Damián porque sabe que algún día lo vendrán a tomar a su calesita (y de Don Armando) ...

lunes, 18 de enero de 2010

Domi y Erik

La fragilidad del cuerpo de Dominique resultaba un tentador escollo a los ojos de Erik. Quien sino él, era el único que podía penetrar la mirada gélida de "Domi" como la conocían en la compañía.
Embargado en estos pensamientos deambulaba Erik por las calles de Saint Remis de la Rochelle cuando la noche lo soprendió cubriéndolo con su manto oscuro, cerrado, impredecible.
Como dejar de pensar en esos ojos amablemente perturbadores, dueños de una infinita profundidad. Una suave brisa meciendo sus cabellos completaban el cuadro.
...
Dominique llega a su lugar, a su casa y comienza lentamente con su ritual nocturno de desvestirse buscando ese descanso "que bien merecido tengo" solía decirse a si misma.

Se hallaba en esos placeres cotidianos, cuando su rostro se vió reflejado en el espejo de su habitación. Quedó unos instantes casi eternos mirándose, así ... despojada de todo el arsenal de medidas que la protegen de la cotidaneidad, vio la imagen que de ella misma había perdido hace tiempo ... al fin y al cabo soy una mujer ... se repetía extrañada como si las palabras vociferadas salieran de otro .
Algo notó en esa imagen suya que el espejo se obstinaba en devolver. Una sonrisa comenzó a dibujarse en ese rostro cansado.
Claro... otras veces ya había ocurrido, pero "esta vez es distinto" pensó.
Luchó contra el impulso inicial y se resistió sólo unos instantes antes de tomar el teléfono celular. Y entonces marcó ....

- "Hola ? Erik? - preguntó con timidez casi adolescente
- "Si. Domi? - se oyó del otro lado.
- "Pensaba en vos. Quiero verte" - se apresuró a a decir Dominique cerrando los ojos de manera de facilitar el traspasaso de los límites que se venía autoimponiendo
- "Yo también D. " - respondió Erik con el corazón fuera de si.
- "En una hora en la estación de la Rochelle. Puede ser?" - redobló la apuesta Dominique
- "En una hora" - respondió un Erik conmovido por al celeridad de los hechos y sorprendido por la singularidad de lo ocurrido.
...
Y hacia allá salió ella, segura de que la vida le había abierto una puerta impensada. Estaba enamorada. Ya no quería caminar sola.
...
El encuentro estuvo plagado de torpezas iniciales. Hacía tiempo que ninguno de los dos participaba de esos rituales del amor.
Se dijeron muchas cosas, se rieron toda la noche, estaban felices de haberse permitido soñar .
Las primeras luces del amanecer los encontraron desayunando sobre un café a orillas del río Remie, ahí donde los enamorados de la ciudad terminan (o empiezan) sus días.
Se juraron no estar separados nunca más y así caminaron del brazo hasta la casa de Erik.
...
...
...
Ahh, me olvidaba .. Domi tiene 87 y Erik 88 .

Gira la vida

El escenario no podía ser mejor .. plaza, sol, niños riendo, la vida en la más genuina de sus formas
Encorbado sobre el banco con el peso de los años en su cara estaba Don Armando como un fiel observador de lo cotidiano, despertando con su imagen la familiaridad de esos ojos que todo lo han visto.
Los niños lo saludan... saben que el saludo regresa en forma de caramelos y golosinas exquisitas ...
Don Armando es feliz en esa plaza. Toda su vida giró alrededor de ella. La vió nacer desde que no había nada, vió crecer los árboles uno a uno, hasta podía recordar las primeras flores.
Muchos padres con sus hijos, sabían del secreto dulce del saludo de Don Armando.. claro ... antes habían sido chicos en esa plaza también.
Sin embargo, la alegría diaria de Don Armando se transumaba en tristeza cuando veía aquél espacio de "su" plaza vacío, sólo con la huella cruda de la tierra sin nada, sólo con la marca de lo que alguna vez existió y hoy ya no está.
No podía dejar de mirar ese rincón sin que una lágrima rebelde se colara por la línea de sus ojos y le estrujara el corazón, ese viejo corazón que resisitía los embates del tiempo y la salud a pesar de su vejez.
Estuvo un tiempo más saludando "dulcemente" a los niños de la plaza cuando una palmada suave y acogedora lo invitó a levantarse para partir. Ya era hora ...
Don Armando sigue repitiendo su ritual todas las mañanas esperando que alguna vez antes de su partida, ese viejo rincón marcado por la nada se transforme otra vez en su querida calesita de siempre ... aquella que él todas las mañanas se encargaba de preparar para recibir a los niños de ayer.

domingo, 17 de enero de 2010

El lago

El crepitar de los leños en la noche deforman la atmosfera quieta de su existencia en apariencia tranquila.
Sólo la luz de la luna aporta un reflejo plata sobre la superficie de un lago quieto e inmensamente cadencioso en su movimiento de olas casi imperceptibles.
Ahi esta él, apabullado de recuerdos dolorosos que se empecinan en inducirlo a lo que no quiere.
La angustia que le aprisiona el pecho, un corazón que late indisciplinadamente y esa sensación de ahogo que ha vuelto para cobrar sus deudas.
...
La luna ya no está, las cenizas de un fuego que alguna vez crepitó, dejan sus marcas en la orilla de un lago quieto e inmensamente cadencioso en su movimiento de olas casi imperceptibles.
La luz del día revela que lo que alguna vez fue una existencia marcada por una angustia final se ha marchado, sin dejar huellas, sin dar señales, sólo una hoja de papel cabalgando en la brisa otoñal.
Como intuyendo la necesidad de saber, el viento deposita aquello escrito sobre un peñasco.

"... ha sido generosa la vida conmigo a pesar de mis desatinos, vuelvo a ti ..., a encontrarte en la acogedora tranquilidad de tus brazos, a descubrir la vida en tu sonrisa eterna ... gracias dios mio por abrir las puertas de este refugio y dejarme partir para descansar con ella ..."

Fue solo eso lo que pudo leerse sobre el peñasco aquel, nunca mas se supo de él ni de sus angustias, nadie reclamó por su falta.
Quizás el tiempo como la mas sanadora de las medicinas nos devele los secretos que permanecen custodiados por un lago quieto e inmensamente cadencioso en su movimiento de olas casi imperceptibles .

sábado, 16 de enero de 2010

Trenes y después

Encerrado en la lectura intensa del relato entre sus manos, perdia toda conexion con su alrededor, las estaciones pasaban sin que notara ese detalle.
Era tal su compromiso con la lectura que su mundo se habia transformado en una superficie del tamaño del libro. Sus pensamientos y su imaginación sólo podían captar con atención animal eso que le era transmitido desde las letras.
Ella, con su ánimo contrariado, lo meditó un poco más... Decidió que alguna señal debería dar .. y actuó en consecuencia ..
Descubrió apenas un poco sus piernas contorneadas y bronceadas debajo de su ya diminuta minifalda, acercó su piel a su pierna enfundada en esos jeans azules, casi se diría recién comprados.
El movimiento del tren hacia el resto del trabajo. El roce perpetuo de una pierna contra la otra en ese submundo de dos, despertaba en ella las mas tiernas y salvajes fantasías...él no emitia ninguna señal, pero ella intuía el acuse de recibo. El libro en la misma posición, los ojos clavados en las palabras sobre el papel pero una respiración un poco mas intensa y apresurada denotaban que las circunstancias habían cambiado.
Anuncian la próxima estación por los altavoces : "... Proxima estación: Saint-Remis de la Rochelle ...". Ella debía bajar, él no...
Despegaron sus cuerpos unidos por ese hilo de pasión y se miraron, una leve sonrisa compartida dio paso a que él también se levantara de su asiento.
El tren se detuvo ... y los vi alejarse juntos por el andén con sonrisas cómplices... a lo lejos vi el libro en el cesto de basura ... al fin y al cabo el placer terrenal bien valía un libro menos en una biblioteca parecía decir él .

miércoles, 6 de enero de 2010

Cellular Phone

(... Celular encendido ...)
... Ella mira continuamente, como esperando que esa pantalla de siempre cambie indicando la entrada de una llamada, SU llamada.
... Pasan los minutos en el derrotero incansable del paso del tiempo.
Ella piensa, y piensa ... Por qué el silencio de ese maldito aparato que suena a cada momento y justo hoy, como un capricho del destino, se niega a entregarle el sonido que ella espera, de la persona que ella espera y en el momento que ella espera.
... Ya pasó más del tiempo que estaba dispuesta a aguardar, con total determinación decide no esperarlo más, al fin y al cabo la tiranía de las horas siempre cobra victimas, pero esta vez ella decidía quien era el caído.
Como resistiendo el embate de su impulso y su decisión, el switch off del aparato en su mano tarda en producirse, qué la detiene? por qué no puede?. Las ganas de que el llamado se produzca aún están ahí, interponiéndose con toda su fuerza a la consumación de la decisión.
Basta!!! Ahora sí, apago el celular y sigo con mi vida.
....
.... en el interminable cosmos de las señales, un impulso eléctrico se está transformado en un llamado que nunca será atendido....